Este Vermut no proviene de Cap d'Agde o de la soleada costa italiana (como Noilly Prat o Martini), Belsazar se hace en el borde de la Selva Negra, la parte menos cool de Alemania, que se caracteriza por sus chocolates, pasteles y caminatas tonificantes.
Dos amigos, Max y Sebastian, los fundadores de Belsazar, compartieron una pasión ardiente por los vinos regionales de Baden, maravillosas destilerías y recetas excepcionales, junto con una creatividad compartida alimentada en las calles de Berlín.
Su misión era simple: crear una bebida deliciosa y de alta calidad con bajo contenido de alcohol. Trabajando con Schladerer, una destilería muy conocida en la Selva Negra que produce aguardientes de frutas desde 1844, desarrollaron la receta, identificando los macerados adecuados y perfeccionando los toques finales.
En honor a Schladerer, Max y Sebastian nombraron su vermut en honor a Sixtus Balthasar Schladerer, el fundador de Schladerer - “Belsazar” es la forma básica del nombre Balthasar.
Pero, de la misma manera que Monkey 47 ,la conocida ginegra que se hace cerca, y que cambió las percepciones sobre la elaboración de ginebra, Belsazar está haciendo lo mismo con Vermouth. Su enfoque artesanal que aporta la producción a pequeña escala.
Hay cuatro variedades, dry, roja, rosada y blanca, que son deliciosas solas o en cócteles.
Lo que llama la atención de inmediato es lo diferente que saben del vermú tradicional. El secreto está en la mezcla de macerados, la calidad del vino de la cercana bodega Zehringer (Gutedel y Spatburgunder rosado), el aguardiente de frutas del imperio Schladerer y el uso del mosto de uva como azúcares naturales.
El vino se filtra lentamente y se envejece en barricas de piedra en un proceso artesanal y cuidado que confiere a este vermut un especial valor.
